Cierto estudio_ Eje Consell de 100

Fotos: Marta Vidal
Claudia Mauriño para Urbidermis, excepto indicada.

¿Para qué?

Construir una pieza importante para entregar Barcelona a los peatones1. El Eje Consell de 100 es el rostro de un proyecto de alta complejidad que debería implicar un plan de usos y una seria ampliación de las infraestructuras para resolver con eficacia la movilidad de los ciudadanos.

El proyecto llega en un momento muy delicado para la ciudad a causa de dos problemas que desembocan en un tercero: la turistificación y la presencia de empresas que requieren de los servicios de nómadas2, que ha comprometido seriamente el acceso a la vivienda para miles y miles de personas, hecho tan trascendental que está afectando la estructura de la población de la ciudad y el país. Que lo está gentrificando en su conjunto.

El Eje Consell de 100 cumple con solvencia su carácter de manifiesto, siendo un proyecto que va mucho más allá de la resolución de una peatonalización para convertirse en la formalización de un modo de entender la ciudad.

¿Dónde?

Consell de 100 es una calle del Ensanche paralela al mar, virtualmente llana, apta para funcionar como la columna vertebral de la franja media de este distrito, algo así como una especie de Gran Vía cívica. El carácter del proyecto, sin embargo, va más allá de su emplazamiento. Ubicado como está en una calle de sección estándar -20 metros de ancho-, podría replicarse en muchas otras calles paralelas al mar.

¿Cómo?

Cuatro decisiones:

Plataforma única. La decisión principal. La calle pasa a entenderse en verdadera magnitud, jerarquizada tan sólo por unos flujos de circulación a penas explicitados. Cierto Estudio ganó el concurso con una plataforma única permeable que, por lo que sé, fue rechazada por el ayuntamiento. Esta plataforma permeable es una solución de una calidad muy superior la finalmente adoptada, que tampoco puede desdeñarse.  

Verde en un tanto por ciento apreciable. Verde a diversas cotas: verde a ras de suelo, verde a la altura de la vista gracias a la presencia de arbustos y árboles pequeños y, por encima de todo, el gran palio verde que forma la doble fila de grandes árboles estándar presentes en cualquier calle del Ensanche. Verde en planta, verde en sección. El confort visual que esto ofrece es, por sí solo, el gran cambio de este proyecto.

Ritmo. El eje no presenta una sección continua, adaptándose a diversas circunstancis presentes a lo pargo de toda la calle tales como bares, acceso a equipamientos, etcétera. La calle presenta sutiles variaciones sobre una misma composición, demostrando la flexibilidad requerida para su implementación.

Chaflanes como plazas. Siguiendo la visión de Manuel de Solà-Morales, que leyó el Ensanche como una sucesión de plazas-chaflán conectadas por calles, han salido a concurso por separado. Y fueron los concursos más difíciles3, porque no había precedentes más allá de las grandes lecciones aprendidas gracias la implementación del urbanismo táctico4. Ninguno de ellos es brillante, pero cabe destacar el trabajo de 08014 arquitectes en el cruce con Rocafort, resuelto con un pavimento permeable de sablón indicador de una extraordinaria economía proyectual.

08014 arquitectes: Plaza en Consell de 100 con Rocafort. Foto: Pol Viladoms.

… y un problema.

El incivismo. La plataforma única, solución realmente brillante, está a punto de colapsar a causa del mal comportamiento de ciclistas y conductores de patinete, que convierten el paseo en una experiencia que puede llegar a ser peligrosa. Es ciertamente triste que un proyecto de estas características quede comprometido por esto. La solución no es arquitectónica, sino de gestión: sanciones -sanciones duras- contra quien no sepa comportarse. Por el bien de todos.

Y un no sé qué de…

Ubicarse más allá del diseño. El proyecto se implanta con una naturalidad tal que ni parece que haya sido necesario llamar a una arquitecta. Se explica fácilmente, se entiende fácilmente, se usa fácilmente a todas las escalas, desde la gran decisión a unos elementos de mobiliario urbano discretos y eficaces. El Eje Consell de 100, expresado desde este nivel tan básico de diseño, incorporado al patrimonio de la ciudad desde el mismo momento de su apertura, representa la máxima dignidad con que pueda operar una arquitecta: borrando sus esfuerzos, creando un espacio sensible, perfectible, empático, optimista que ya ha empezado a escribir una nueva etapa de la historia del Ensanche.