Una banda o solista quieren promocionar un single poniéndole imágenes para exhibirlo en televisión. Nace el videoclip. Su historia es compleja. Resumiéndola, se suele colocar su inicio en 1975, cuando Queen, en vez de un documental, encarga a Bruce Gowers una serie de vídeos cortos para promocionar A night at the opera. Triunfará Bohemian Rhapsody, que monta la imagen emblemática de la banda -sus cuatro caras en rombo- en un encuadre central perfecto en 4:3. Aunque no lo sea, Bohemian Rhapsody está considerado el primer clip de la historia. En pocos años su número se incrementará exponencialmente, y en 1982 aparece MTV, el canal que consolidará el formato exhibiéndolos en bucle 24/7.
El mismo 1982, Klaus Nomi lanza Lightning Strikes, el segundo single de su primer disco. La canción es la versión de un hit del mismo titulo que Lou Christie grabará en 1965, llegando al número 1. El clip, de presupuesto ínfimo, muestra una sucesión de encuadres centrales donde un Kaus Nomi bellísimo, estático, bufonesco, socarrón, exhibe su presencia escénica, su sensibilidad, su sentido dramático. No es necesaria una coreografía cuando se posee este nivel de gestualidad.
El personaje que creó es orgánicamente ambiguo. Su registro de contratenor le daba un rango vocal amplísimo, desde un tono razonablemente grave hasta unos agudos de soprano que podía hacer sin falsete. Su formación clásica unida a su pasión por el rock lo llevó a mezclar ópera, cabaret expresionista y pop. Si esto suena normal ahora es gracias a figuras como él. Fluido, elegante, tejió referencias y puentes entre géneros. Esto es válido tanto para su arte como para su propia identidad.
La escena alemana de los sesenta, protagonizada por la generación que ha nacido al término de la Segunda Guerra Mundial, está destinada a revolucionar la cultura global. Previamente, la generación de músicos contemporáneos que ha alcanzado la madurez en los cincuenta, liderados por Karl Heinz Stockhausen, crearán la primera -y elitista- escena de música electrónica. Sin ésta no pueden entenderse ni los Beatles ni Frank Zappa ni la Velvet Underground, ni sus áreas de influencia. La generación de posguerra se agrupará alrededor de la escena de Dusseldorf en lo que se conocerá como el Krautrock, formando bandas como Tangerine Dream (1967), Kraftwerk (1970) o Neu! (1971), que popularizarán esta música electrónica. Nomi participa de este magma desde la escena gay de Berlín. Su background, sin embargo, es más clásico. Su gran pasión es la ópera. Su ídolo, María Callas. Sí compartirá con sus colegas -y con la época- el gusto por la performance. Nomi se trasladará de Berlín1 a Nueva York, donde se hará un nombre en la escena del East Village, entonces la más potente y prestigiosa del país.
Klaus Nomi transforma Lightning Strikes, una canción de amor adolescente inocua, en un himno queer, porque eso es lo que es él: queer en todos los sentidos. Nomi se siente como un extraterrestre que ha llegado a la Tierra y habita entre nosotros. Una vez escogida la forma, la libertad del video es total. La ropa que viste2, completamente bauhasiana, podría haber sido diseñada por el mismísimo Oskar Schlemmer, y -como el resto de su arte- es tan moderna como posmoderna. Simplificando, la Bauhaus, una escuela moderna -moderna entonces, moderna ahora-, quiere hacer un reset con lo existente para proponer un nuevo modo de entender el arte desarrollado prácticamente desde cero. Sólo así se explica que no enseñasen historia. Los posmodernos revisan en significado de lo existente. Su novedad no radica en este reset, sino en una nueva mirada. Nomi hace las dos cosas a la vez -versiona, funde una canción pop con la ópera, geometriza su cuerpo como en los trajes bauhasianos para producir algo completamente nuevo-, y en eso se diferencia tanto de sus colegas americanos, más posmodernos, como de los alemanes, más modernos.
Un apunte final sobre esta Bauhaus. Nomi se ha traído su influencia desde Berlín, pero ésta ya lo había revolucionado todo antes, y lo seguía haciendo entonces. No se pueden entender ni la música electrónica, ni Kraftwert3, ni todo el Krautrock sin la Bauhaus. No se pueden entender el diseño gráfico e industrial tal y como los conocemos hoy en día, ni la tipografía, ni los tapices, ni la escenografía, ni la propia fotografía de arquitectura, sin la Bauhaus, una de las bases de la cultura contemporánea.
No se puede hablar de Nueva Bahuaus4, porque la vieja no se ha marchado nunca. Somos nosotros, lo sepamos o no. Y no sólo por la influencia de lo que se hizo entre 1919 y 1933, sino por Klaus Nomi y los que la siguieron. La Bauhaus es un legado que continúa tan vivo como el primer día.
Klaus Nomi no tendrá un buen final. Morirá de complicaciones derivadas del SIDA en 1983, siendo una de las primeras víctimas conocidas de este síndrome. Tan sólo tendrá tiempo de dejarnos dos discos. Tan sólo se grabarán un puñado de actuaciones suyas. Jamás dejará de ser influyente, pero, aún después de haber sido exhibido en el MOMA y en el V&A de Londres5, tampoco recibirá el reconocimiento que merece. El suyo será un final triste y doloroso, tan doloroso que algunos preferimos pensar que no murió. Regresó a su planeta de origen después de habernos dejado su belleza y su alegría.
1_ Berlín será una de las grandes influencias para una de las personas más importantes de la vida de Klaus Nomi: David Bowie, que grabará allí su Trilogía Berlinesa (Low, Heroes, ambos de 1977 y Lodger, de 1979), tres discos fundamentales. Será durante la promoción de Lodger, que se hará sin gira, que Bowie contactará con Nomi para una de las actuaciones más importantes de su vida, la interpretación de The man who sold the world del 5 de enero de 1980 en el Saturday Night Live6. Nomi, juntamente su pareja, el coreógrafo Joey Arias, bailará y hará unos coros que serán la versión. Algunos críticos hablan de la influencia de Bowie sobre Nomi, cuando es totalmente al revés: Bowie sale a escena con ropa diseñada y confeccionada por Nomi. Esta historia, sin embargo, es feliz, porque gracias a esta actuación Nomi, la sensación del momento, es fichado por RCA para grabar su primer -e imprescindible- disco homónimo. Bowie ha pagado el préstamo con intereses. Luego entrará al estudio para grabar el mejor disco de toda su carrera, Scary monsters (and super creeps).
2_ Sí: la misma que Bowie ha vestido en la actuación de The man who sold the world.
3_ Mirad la puesta en escena de Kraftwerk y flipad con su modernidad atemporal. Kraftwerk era vanguardista en 1970 y lo sigue siendo en 2023, muertos ya Florian Schneider y Klaus Dinger, dos de sus miembros fundadores.
4_ A parte, László Moholy-Nagy fundará LA New Bauhaus, la de verdad en 1937 en Chicago. Su recorrido da para libro, pero lo más interesante de todo es que, auspiciada por el IIT y bajo en nombre de Institute of design, todavía está en activo. Ejem.
5_ El clip de Lightning Strikes ha pasado a formar parte de los fondos permanentes del museo.
6_ Presentada por Martin Sheen. Aguanta.